El pueblo israelí consideraba al nombre de la persona como un equivalente a su misión. Es por eso que Abraham se llama "padre de mutitudes" y Gabriel (el ángel con la espada de fuego que expulsa a Adán y Eva del paraíso) se llama "el que tiene la fuerza de dios".
Ejemplos sobran.
El caso es que el otro día me preguntaba si ese sistema podría seguir funcionando. Quiero decir: si todavia los nombres nos pueden hablar de nuestro destino.
Lo pensaba desde un avión que despegaba, mientras el capitán se presentaba a sí mismo, con el tranquilizador nombre de "Capitán Santiago de Punta". ¿Como aterrizará?
Un par de días antes, había pensado lo mismo de un policía, el "Sargento Palizza" que hace sus adicionales en mi trabajo.
Será cierto?
29.4.09
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Yo conozco un caso similar, ya que en el Registro Nacional de las Personas, que es un organismo estatal, trabaja un flaco de apellido Chantada.
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