8.6.09

Apuntes mentales sobre discriminación

"...y en eso estaba riéndome con mis amigos de ya no se que pavada cuando lo ví. Al paraguayo. Ahí solo, olvidado, sin nadie con quien reírse, con quien compartir lo que él era, con sus pros y sus contras, con sus posibilidades.
El paraguayito, siempre odio los gentilicios (y más cuando son diminutivos,, son de un paternalismo irritante. Pero en este caso es pura simpatía. O pura empatía. Porque lo vi al paraguayo ahí solo, lejos del círculo de amigos que reían y la pasaban genial, como el nene que mira un partido de fútbol desde la raya, esperando que a cada momento lo inviten a entrar. Y lo entendí.
Era la discriminación, la misma de siempre. La que dice que ella es mejor que el paraguayo, sólo porque se ve más saludable o más exitosa, o porque a gozado de beneficios, atención y cuidados constantes, mientras que el paraguayo, que va, siempre se las arregló para salir adelante y aquí está. Soportando presiones y prensadas del sistema, mientras ella, tan agraciada y pedante, no soportaría siquiera un mísero cambio de temperatura que ya se enfermaría y faltaría al trabajo. El, en cambio, fuerte como una algarrabo guaraní soporte cualquier trato y trabaja honestamente. Le pagan menos, lo maltratan, y lo abandonan todos los años.
Pero el paraguayo amigo no desespera. Sabe que esa ilusión sólo dura unos meses al año, y que tarde o temprano, tendrán que volver a llamarlo, tendría que rogarle, tendrán que pagarle.
Y entonces espera, un toque colgado, que llegue el momento..."

2 comentarios:

  1. algun dia te volveremos a necesitar paraguayo amigo...

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  2. El dia se acerca muchachos y cuando esto pase gracias a las caracteristicas del humilde amigo en cuestion, este nunca nos dara la espalda.
    Pipas

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